La “peque” Pareto, una mujer inmensa
En el Día Internacional de la Mujer compartimos el testimonio de la primera mujer argentina en ganar una medalla dorada en los Juegos Olímpicos, (Río 2016).
Conocida mundialmente como la “peque”, apodo que recibe cariñosamente por su baja estatura, Paula Pareto se convirtió en una leyenda, en un emblema del deporte y de la pasión por su disciplina, a la cual visibilizó, cautivando a otras chicas que se animaron a elegirla. Sin embargo, no es solo el podio lo que la transformó en una mujer gigante sino su grandeza para difundir valores e inspirar a la juventud, enseñándoles la importancia de la educación, la perseverancia y el esfuerzo para alcanzar una meta.
¿Quién podía pensar que es posible competir en los Juegos Olímpicos y al mismo tiempo graduarse de la carrera de medicina? Paula lo creyó y lo logró. En el Día Internacional de la Mujer compartimos su testimonio, muy valioso para entender qué es ser una mujer con capacidad para dejar un legado y convertirse en una influencer de la valentía y la motivación.
Sus inicios en el Judo, un deporte que en el pasado estaba catalogado para varones
Paula comenzó a tomar clases a los nueve años, en San Fernando, provincia de Buenos Aires, donde hoy aún vive. “Mi papá decidió llevarnos a mi hermano y a mí a la escuelita de judo para que aprendiéramos a defendernos, yo dije esto está bueno, siempre fui un poco vergonzosa y era la oportunidad de empezar una actividad acompañada, yo ya tenía una base de gimnasia deportiva, que me ayudó mucho, hizo que no me pareciera tan difícil. Así arranque.”
“Muchas veces yo era la única nena en el grupo, de vez en cuando aparecía alguna más, y no faltaba quien me dijera o les dijera a mis padres: “ese es un deporte de nenes, la dejan hacer un deporte de varones”, por eso siempre destaco a mi familia, porque la respuesta de ellos siempre fue: “El judo es un deporte, y cada persona elije el deporte que más le gusta”, hasta el día de hoy agradezco ese apoyo, y valoro el hecho de haber tenido un contexto familiar que me contenga.”
Cuando el deporte se transforma en un proyecto de vida
El tiempo fue pasando y el judo dejó de ser un hobby para transformarse en un objetivo serio en la historia de Paula. “No se si hubo un momento preciso en el cual me di cuenta que era buena para este deporte, empecé a ganar competencias, algunos profesores que me veían me decían que tenía posibilidades, en 2003 fue mi primera competencia internacional.”
En el 2004 había un Juego Panamericano en Puerto Rico y sucedió algo muy curioso, un evento desafortunado combinado con un elogiable sacrificio familiar hicieron posible que Paula pudiera competir. “No iba a concurrir porque no tenía los medios económicos para viajar, pero le robaron el auto a mi mamá y con el dinero del seguro ella me dijo que iba a solventar ese gasto, yo siempre digo casualidad, causalidad, y el incondicional apoyo de la familia. Fui a ese Panamericano y fui la única de Argentina que quedé primera. Después de eso vale aclarar que mi mamá viajó en colectivo durante dos años, esto indica que es un esfuerzo que no lo haces solo vos, lo hace también tu entorno, y siempre aprovecho para agradecerlo.”
“En 2007 se hizo el mundial de Judo en Rio de Janeiro, y era clasificatorio para los Juegos Olímpicos de Beijing, la realidad es que yo nunca había ido a un mundial, fui solo con la idea de tomarlo como experiencia, de repente fui pasando una, dos, tres luchas, cuando me di cuenta estaba en la semifinal y ya clasificada. Fue una muy verdadera sorpresa, el darme cuenta de que estaba por el camino correcto. Hacía tiempo me venían diciendo que ya era deportista de alto rendimiento, yo lo negaba, sentía que solo entrenaba, me esforzaba y competía.” “Fue cuando clarifiqué para un juego olímpico, que pensé, tal vez ahora si concuerde con lo que se considera una deportista de elite”, expresó Paula sonriendo con la humildad que la caracteriza.
El significado de ser la primera mujer argentina en ganar una medalla dorada
Paula participó en cuatro Juegos Olímpicos en su carrera: en Beijing 2008 ganó la medalla de bronce; en Londres 2012 obtuvo el Diploma Olímpico por su quinto puesto; se consagró campeona olímpica en Río 2016 y finalizó su carrera deportiva con un séptimo puesto en Tokio 2020.
“A todas las competencias que he ido, nacional o internacional siempre fui a dar lo mejor de mí, pero bueno en el caso de mi primer Juego Olímpico en Beijing la verdad que la expectativa no era muy alta, fue otra gran sorpresa haber sacado una medalla de bronce que fue la primera para el judo argentino y yo pensaba… que loco que venga de mi mano porque yo entreno en el día a día para mejorar, para representar al país pero de ahí a conseguir esta primer medalla olímpica es algo que hasta hoy no me deja de sorprender y toda la familia del judo argentino estaba fascinada.”
“Para Río 2016 llegó la primera medalla femenina de oro en la historia argentina, yo no sabía de ese hito hasta que luego del triunfo, me estaba esperando la prensa y uno de los periodistas que me entrevisto me preguntó qué sentía al ser la primera mujer en ganar una medalla dorada en Argentina, así me enteré de la hazaña, son cosas que me emocionan y no las puedo explicar”, relató Paula con lágrimas en los ojos.
“Muchas chicas deportistas se acercaron luego reconociendo que había roto esta barrera, el techo de cristal, que sirvió para empoderar a las mujeres, para que más nenas se sumen y se interesen por el judo. Muchos profesores me han contado que a partir de Beijing 2008 en algunos entrenamientos incluso puede haber más chicas que chicos. Yo siempre digo que no hay deportes de nenes y de nenas, hay deporte, todos pueden hacer todo en su justa medida, de acuerdo con las capacidades y con la fuerza física de cada uno.
Ser campeona olímpica y estudiar una carrera universitaria SE PUEDE
Ya desde su paso por el colegio secundario y posteriormente en la universidad tuvo que aprender a organizarse y optimizar los tiempos al máximo para cumplir con sus obligaciones académicas y al mismo tiempo honrar a la Argentina con el máximo galardón deportivo.
“Mis compañeros me ayudaban a ponerme al día con las tareas pendientes y los profesores la verdad es que siempre fueron muy amenos en cuanto a la comprensión por mis ausencias y reagendaban exámenes. Mi propósito siempre fue cumplir con la parte deportiva y con la escolar como correspondía, creo que siempre me dieron los tiempos porque podía organizarme y también aprovechar para estudiar durante los viajes.”
“Cuando estaba terminando el colegio, la lógica en mi casa era algo hay que estudiar, lo que sea, lo que te guste, y a mi me gustaba medicina, y mucha gente me decía no vas a poder cumplir con todo, es una carrera que lleva muchas horas, mi mamá es médica y hasta sus propios colegas se lo cuestionaban. Recuerdo que cuando iba a las consultas de traumatología por mis lesiones, me preguntaban qué iba a estudiar y cuando yo respondía medicina, la miraban automáticamente a mi mamá y le preguntaban porque me lo permitía. Entiendo que no lo decían con el afán de desmotivarme, sino para que no me frustre. Mi mamá siempre respondía: “Porque es lo que le gusta y nosotros como padres la apoyamos.”
“Realmente es lo que me interesaba, por eso cuando doy charlas siempre destaco que la clave está en hacer lo que te gusta, por supuesto que conlleva esfuerzo. Por esa razón decidí intentarlo, siendo consciente que tenía que saber administrar mis tiempos.”
“Todo estaba organizado, hasta las horas de sueño. Sabía que tenía tanta cantidad de horas para dormir, para estudiar y después me iba a entrenar, las dos responsabilidades me obligaban a rendir al máximo y aprovechar el tiempo. Creo que ese orden lo fui logrando, por supuesto también se hacen sacrificios, tuve que suspender salidas, volverme antes de los cumpleaños, y contar con un grupo de amigos que me apoyaban, que lo entendían y que hoy continúan siendo mis amistades.”
¿Te llevaste alguna vez apuntes de la universidad para estudiar durante los Juegos Olímpicos?
Siempre. De hecho, me cargaban mis amigas, mis amigos, especialmente mi entrenadora que en ratos libres me sugería vamos un rato a pasear y yo le respondía: “no, yo me quedo estudiando.” Le causaba mucha gracia porque decía que yo tenía un trono, como en muchos hoteles que son chicos no hay escritorios, yo me armaba uno en la cama con almohadas de un lado y del otro y la computadora arriba, ella volvía después de dos horas, me encontraba en la misma posición y me decía: “seguís en el trono.” Actualmente nos acordamos de eso y nos reímos mucho.
Otra anécdota divertida es que una vez volviendo de una competencia había turbulencia muy fuerte en un avión y yo continuaba estudiando porque me acuerdo que llegábamos a las 6 AM y yo a las 9 AM tenía un examen, que ya me habían pospuesto si me iba mal ya perdía la chance, y una amiga mía me dice: “No ves que se va a caer el avión y vos seguís estudiando”, a lo cual yo le respondí: “Hay un 90% de probabilidades que no se caiga y tengo que aprobar este examen.” También seguimos riéndonos de ese episodio, fue genial.
Presente y porvenir de la mujer que marco la historia del deporte argentino
Paula ya dejó hace unos años la vida de deportista de elite, en 2014 se recibió de médica, se especializó en traumatología y forma parte del cuerpo médico del Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (CENARD), donde además es entrenadora y coordina el Programa de Alto de Desarrollo de Alto Rendimiento para jóvenes deportistas sub18. Es integrante de la Mesa Directiva del Comité Olímpico Argentino y fue elegida como una de las candidatas para integrar la Comisión de Atletas del Comité Olímpico Internacional.
“El mensaje que siempre comparto es que el trabajo en equipo es clave, que se puede estudiar, que se puede hacer lo que a uno le guste, que hay que esforzarse, que hay días que te va a costar, otros que te va a costar menos, y cuando sentís cansancio tenes que parar, y preguntarte por qué lo haces, si es porque te gusta, adelante.
Todos tenemos una pasión, hay que descubrirla porque está. Las nuevas generaciones tienen un manejo de la frustración pésimo, yo lo veo como entrenadora, ganar o perder son posibilidades, ahora frustrarte está en vos, en no haber podido sacar el redito positivo de la situación, un aprendizaje que te sirva para la próxima, y esto también se traslada a la vida.”
¿Qué se sueña después después de haber llevado a tu país a lo más alto del podio?
Poder lograr otra medalla para el judo argentino, pero esta vez del otro lado, junto al cuerpo técnico.